jueves, 14 de junio de 2007

ESPIADO POR MÍ MISMO


Algún día aprenderé a ser uno y dejaré entonces de ser dos.

1 comentario:

Juan Manuel Aragón dijo...

Yo no espero ese día, amigo. Por otra parte siento que no soy dos sino tres mil ochocientos por lo menos, tantos como días debo tener vividos (no saco la cuenta de puro haragán). Lo malo -no sé, tal vez es bueno- es que ya me acostumbré a tener múltiples personalidades. Algunas me siguen sorprendiendo, otras son previsibles.

Bueno, nada, eso nomás quería acotar a su escrito. Y decirle que todos los días lo leo y siempre llego a alguna conclusión, porque siempre me hace pensar mucho. Gracias por eso, entonces.