lunes, 30 de abril de 2007

LICENCIA PARA SER FELIZ


No hablo de la felicidad al estilo de “Mira qué feliz soy al comerme un bocadillo de jamón mientras otros pasan hambre”. Esa es la felicidad del mal ajeno, como la envidia es la tristeza del bien de las otras personas.

Existe una felicidad mucho más sincera, más inteligente y más cordial, que nace de la esencia misma de las cosas, es la felicidad de la realidad misma, es la felicidad que se comparte con los otros, y que no es de nadie, es la felicidad que no puede ser envidiada.

Es muy importante ser feliz y mostrarse alegre. Si alguna vez encuentras un poco de esta felicidad y de esta alegría hazla crecer y compártela. Tu felicidad puede ser una acequia de alegría para los pesarosos, un lugar donde refrescarse. Tu sonrisa es contagiosa. Tu alegría habrá de ser una referencia. Procura, aunque sólo sea por un día, no quejarte, no pedir, no buscar, no exigir. No te refociles en tu propia amargura ni la impongas a otras personas como un credo. Procura, aunque sólo sea por un instante, escapar a tus rutinas mentales. Tus rutinas de tristeza, tus rutinas de creencias, de yo soy esto y lo otro, de esta es mi vida y estos son mis pensamientos, tus rutinas de nerviosismo, tus rutinas... Un solo segundo sería suficiente.

Tu felicidad es tan importante para los otros como para ti mismo.

domingo, 29 de abril de 2007

ONG DE LA PROPIA ALMA


Para buscar catástrofes no es necesario que abras los periódicos. De entre los muchos aspectos de la realidad nuestra atención va a buscar los espejos de sí misma.

El risueño encuentra por cualquier parte motivos de risa. El amargado encuentra algo con lo que amargarse. El deseoso halla numerosos objetos de deseo. El triste siempre busca un motivo para entristecerse. Y el soñador cierra los ojos para crear sus fantasías en el alma.

Antes de pacificar las guerras que vemos en los noticiarios sería bueno apaciguar las guerras que existen en uno mismo. Hay quien ayudando a los otros pretende ayudarse a sí mismo. Hay quien llorando a otras personas se llora a sí mismo.

El darse cuenta de las cosas es la libertad verdadera.

sábado, 28 de abril de 2007

HASTA DONDE ESTÁS AHORA


El lugar donde te encuentras ahora no es casual. En realidad, no podrías estar en ningún otro sitio. Todos los sucesos, uno tras otro, se han sucedido para llegar a este momento. Podrías investigar la cadena de causas y efectos que provocan las cosas. Pero no es necesario. El ahora lo contiene todo.

Estás en una situación inmejorable. Estás en una situación donde las flores se han abierto. Hermosísimas flores pueden nacer en mitad de la podredumbre y no por eso dejan de ser flores puras y hermosas. De la podredumbre del mosto nace el vino. De la confusión surge la claridad.

La cadena de causas y efectos, las muchas circunstancias, tus acciones te han conducido hasta donde estás ahora. Las cosas son tal como son. Y la realidad es bastante más amable de lo que podamos imaginar.

viernes, 27 de abril de 2007

Democracia tecnológica (y demagogia cibernética)

No me refiero a la posibilidad de votar en línea, sino a que ya desapareció la imagen ahora antigua del poeta aterido que acudía tembloroso a que un editor comercial o presupuestario le publicara sus escritos.

En contra de los vaticinios de medrosos o agoreros, la tecnología no está haciendo más que difundir la escritura y, lo que es más importante, la libertad de escritura. Nunca se había escrito con mayor libertad y creatividad que hoy en día. Vale que el fenómeno paga un peaje en moneda de exabruptos vertidos en foros, bitácoras y demás medios de la web, pero el balance es favorable. Además todos estos exabruptos vienen un poco rebajados por las características del medio. Hay quien se embrutece ante el teclado, pero es de un modo semejante a como lo hace al volante. De tal manera que los vituperios en la web son como los proferidos desde el automóvil, están atenuados por la velocidad del vehículo. Como observaron los antiguos pensadores griegos la democracia (tecnológica ahora) tiene su sombra en la demagogia. Como efectos positivos, la seguridad psicológica que da el no estar sometido a mayor aprobación que la del público.

Ahora la élite, la aristocracia, la plutocracia, o como se quiera llamar, queda del lado de la publicitación. Hace pocos días un inédito me preguntó cómo podía publicar sus escritos. Le recomendé que lo hiciera directamente en la web. Es fácil y gratis. Otra cosa es que alguien quiera verse publicitado o ver publicitados sus escritos por la maquinaria empresarial de los grandes medios.

En suma, publicar en línea es fácil, gracias a la tecnología. La publicación impresa tampoco es mucho más cara. Pero, al ser un soporte material, requiere medios de distribución, transporte, venta, etc. que son costosos. Cubrir esos gastos por cuenta ajena requiere convencer a un gestor empresarial o presupuestario público que tal cosa es rentable a nivel comercial o sociopolítico, valga la palabreja. La diferencia entre un tipo y otro de gestor es que el empresarial procurará publicitarlo y venderlo al mayor número posible de personas, mientras que el gestión cultural pública vive más de los memorándums, si bien también tiene sus propios canales (más limitados) de publicidad y distribución.

Con todo, por mucho que un escrito en la web llegue a más público, aún sentimos la reverencia (literalmente) bíblica del papel impreso y cosido a unos forros o cubierta. Además también influye el goce sensorial y la comodidad para leer el libro en papel, al menos de momento, hasta que alguna nueva tecnología o moda (o moda tecnológica) nos determine hacia otra cosa.

(Imagen: collage de Gómez Losada)

jueves, 26 de abril de 2007

SUENA EL TELÉFONO


Suena el teléfono, lo levanto y discuto con la persona que me ha llamado.

Cuelgo el teléfono.

En ocasiones he tenido vislumbres de grandes máximas de la gran sabiduría. Eran frases esculpidas en acero. Me he dicho: “Ahora sé. Ya comprendo”.

En ocasiones he tenido muy nobles sentimientos y muy loables propósitos. Me he dicho: “Soy puro y soy bueno”.

Y ahora suena el teléfono y tengo que discutir cuando no quería hacerlo.

Y es que el vivir es algo que debe hacerse a cada momento, y de nada sirve lo que hayas creído arreglar de una vez por todas.

miércoles, 25 de abril de 2007

NORMAS, CONSEJOS, HÁBITOS Y ALGO MÁS


Están las órdenes, de las cuales para qué hablar.

Están las normas que te dicen lo que debes hacer y lo que no.

Existen los consejos que te proponen alguna idea práctica sobre tu vida, para que te la pienses.

Hay hábitos, o rutinas, para que no tengas que pensar mucho cuando haces algo a lo que estás acostumbrado. Se trata de mera economía, o sea, un ahorro de esfuerzo mental.

Está la pereza mental, que es algo más de lo mismo.

Está la auto-persuasión que es un procedimiento para creer lo que necesitas creer.

Y, por último, está la verdad.

martes, 24 de abril de 2007

EL REINO DE LAS VIDAS PREDECIBLES


Existe un reino infernal. Se trata de personas que tienen vidas absolutamente seguras y predecibles. Todo está claro en este reino: los hábitos, las leyes... Lo que no hay en este reino es sentido del humor.

Una vez el maestro cara-de-palo vio a dos ratoncitos disputándose un trozo de pan, y le tronaron carcajadas en el vientre. Comprendió algo que yo todavía no comprendo.

lunes, 23 de abril de 2007

EL HOMBRE ES UNA FIESTA PARA EL HOMBRE


Los seres humanos, en nuestra vida ordinaria estamos expuestos a numerosos conflictos. Estos conflictos nos causan confusión. A la vez, nosotros con nuestra propia confusión causamos confusión en las personas con quienes convivimos.

El poder de cada uno de nosotros es grande. Pero en ocasiones no nos conformamos con este poder, y queremos adquirir aún más. No sabemos qué hacer con el inmenso poder que ahora tenemos y todavía buscamos más. No sabemos conducirnos a nosotros mismos, pero queremos conducir a otros. ¿En qué consiste este poder que poseemos? Es la posibilidad de ayudar a otras personas. A veces recibimos ayuda de personas de las cuales no podíamos siquiera imaginarlo. A veces las personas que nos han ayudado no se han dado cuenta de que lo hacían y, por lo tanto, no han pedido nada a cambio. Esas personas a veces nos ayudaron con su mera presencia.

Tu presencia es necesaria para las otras personas. No en el sentido de que seas o hagas algo especial que los otros deban agradecerte. A veces, tu presencia, con tus neurosis, exigencias, caprichos y complicaciones ocasiona molestias y problemas a las personas que conoces. Y, pese a todo, tu presencia sigue siendo necesaria para ellos.


El simple existir, el simple ser no es fácil, y al mismo tiempo no hay que hacer nada para conseguirlo. Limítate a ser y a estar presente. Procura estar atento. Dispón tu ayuda pero no la ofrezcas ni la impongas. Ayuda de un modo resuelto pero sin que tu auxilio resalte, no pretendas un control, una dependencia o una restitución. Esta es la verdadera ayuda. Ejercita tu mera presencia ante lo que debe ser presenciado, pero sólo ante esto. No derroches ni maluses tu presencia, pues es algo importante.


domingo, 22 de abril de 2007

EL AÑO PASADO ERA UN IDIOTA. ESTE AÑO, NINGÚN CAMBIO


El año pasado era un idiota. Pero no he perdido el tiempo, he ganado en experiencia, he leído libros sabios, he permanecido atento a lo que me rodeaba, he pasado largas horas en meditación. Este año soy más idiota todavía.

Si yo fuera un sabio, sabría muchas cosas, pero no sería yo. Si yo fuera un seductor, seduciría a mucha gente, pero no sería yo. Si yo fuera audaz, emprendería grandes aventuras, pero no sería yo. Si yo fuera carismático, conduciría grandes masas, pero no sería yo. Si yo fuera un santo, sería muy bueno y compasivo, pero no sería yo. Si yo fuera un genio, sería genial, pero no sería yo. Y yo soy el que soy ahora.

sábado, 21 de abril de 2007

ESPÍRITU PRÁCTICO, GRAN VERDAD METAFÍSICA


Si llevas meses o años de tensión, de esfuerzo, atiborrándote de estimulantes, fracasando, teniendo éxito y fracasando, durmiendo poco, criticando y siendo criticado, agrediendo y siendo agredido, comiendo mal y no precisamente cuando has tenido hambre, gozando poco de los placeres elementales, queriendo gozar, deseando cosas, adquiriéndolas, perdiéndolas, deseando personas, seduciéndolas, consiguiéndolas, abandonándolas, perdiéndolas, olvidando, queriendo olvidar, abandonando y siendo abandonado, recordando, madurando, envejeciendo, enfermando, curándote, etc., no te extrañe si sientes aturdimiento, tristeza y confusión. Simplemente se trata de que eres un ser humano y todavía tienes vida.

El mucho goce no te librará de tus problemas, la mucha sabiduría tampoco, el mucho éxito no te librará de tus problemas, la mucha riqueza no te librará de tus problemas, porque tu problema se llama vida, y la vida es conflicto, y así por siempre.

viernes, 20 de abril de 2007

La repetición devora al verbo


La brevedad de las entradas en la publicación en línea de Manual de Primeros Auxilios para Vidas Destrozadas me recuerda un fenómeno interesante respecto al valor y la importancia de las palabras, expresémoslo así en forma de apotegma:

En un texto la importancia de las palabras está en relación inversamente proporcional a la cantidad de las mismas.
Un amigo traductor me contaba que, hastiado de los largos momentos de tedio originados por la larguísima traducción de los grandes tochos enciclopédicos, entretenía sus horas insertando gazapos absurdos en mitad de los muy serios artículos de las más diversas materias. Los gazapos permanecieron allí, agazapados, como su nombre indica, en mitad de las parrafadas inacabables, ocultos a los ojos de los editores y correctores, ocultos a los ojos de los lectores hasta la fecha, pues siguen allí. Es como una pequeña firma maliciosa del traductor, o como el sellito rojo de los grabadores japoneses.

Esto me sugiere la constatación de otro interesante fenómeno: hay palabras, frases, ideas que puedes colocar tranquilamente en tus escritos, si son suficientemente largos, que nadie observará ni comprenderá, si es que alguien alcanza a leerlos.

Por el contrario, si comienzas a reducir la cantidad de palabras en tu texto, la importancia de las palabras (según la ley de la oferta y la demanda verbal) comenzará a aumentar de un modo exponencial. Así las palabras en un rezo, un aforismo, una frase, un verso, tienen ya un peso imponente. En título de un artículo, capítulo o libro, cada vocablo adquiere una importancia mayor. Y, para concluir, una sola palabra escrita o pronunciada tiene un valor máximo, su textura se puede masticar, cada una de sus sílabas se saborean, sus fonemas y sus sememas tienen un sonido metálico, permanecen flotando en el aire como la vibración de un gong.

Se ignora, de momento, a la espera de nuevas investigaciones, si este Teorema Verbal es aplicable en lo oral, en los discursos, debates o meras charletas sociales, aunque se sospecha fundadamente que sí. Una frase anodina de un político, empresario o personaje público pronunciada en un plomizo discurso largo, arma el pifostio sacada luego de modo independiente en los titulares de la prensa. El perjudicado invoca entonces al contexto. Y no es que el contexto le haga significar otra cosa, simplemente que toda la verborrea adyacente le restaba importancia.

Salvedades al teorema: las palabras, por pocas que estas sean, disminuyen su importancia cuanto más se las repite, cosa que ocurre con los reclamos, lemas, metáforas comunes o simples tópicos. A este fenómeno se le conoce como: umbral de tolerancia a la importancia de las palabras por repetición de las mismas, también dentro del mismo Teorema Verbal , o también desgaste de extrañeza vocabular y semántica por reiteración. Es decir, y por ejemplo, frases que en principio sorprenden o escandalizan, finalmente acaban siendo asimiladas como usuales o aceptables. Una marca comercial que al principio nos resulta chocante, tras una machacona campaña publicitaria, pasa luego a formar parte de nuestro paisaje vocabular. Y lamentablemente palabras, que por su fuerza, son continuamente escritas y pronunciadas, en discursos, canciones (sobre todo canciones) poemas regulares, etc. sufren un serio desgaste: paz y amor, hermanos.


[Imagen: collage de Gómez Losada]

jueves, 19 de abril de 2007

Mi Gómez Losada Favorito


No es el más reciente, ni el más grande y tal vez no sea el más célebre. Es el que adorna las paredes del salón de mi casa.


NO ES SUFICIENTE


Ahora que ya has descansado, es la hora de pasear un poco, comer algo sano que se te apetezca y volver a descansar.

Una buena tumbada con, por ejemplo, un libro entre las manos, que dejarás en la mesilla de noche cuando te entre la modorra, o que dejarás que te caiga sobre las narices si no puedes más de sueño.

Has de ser tu propio amigo.

miércoles, 18 de abril de 2007

LA TEORÍA DEL CANSANCIO


¿Qué hacer? ¿Cómo escapar de todo esto? ¿Cómo alcanzar aquello?

No soy un santo. Ni mi mente es serena. Soy un ser humano y comparto todos las aflicciones propias de mi especie. Tal vez quisiera tener, llegar a ser, mejorar, adquirir, pero...

Estoy donde estoy y soy lo que soy. Unas cosas son los objetivos, las metas, y otra cosa es donde uno está ahora.

Yo estoy aquí y me siento a contemplar las luces cambiantes del cielo. No pasa nada.

El problema no es el problema, sino la manera en que nos afecta. Sí, pero he de hacer esto o aquello, he de encontrar una solución. De acuerdo. Pero el problema sigue siendo que tú estás triste, inquieto o desesperado por esto o por aquello. Esa es la cuestión.

Siéntate, túmbate y descansa. Mañana seguirás durmiendo bajo techo, podrás comer, ducharte y vestirte, lo cual no es poca cosa. Y si todavía te falta algo de lo imprescindible, seguramente no sería tan imprescindible cuando sigues vivo a pesar de todo.

La vida es breve pero todavía tenemos tiempo para hacer un alto en el camino, y descansar un rato.

Una buena tumbada es algo a lo que todo ser humano tiene derecho.

martes, 17 de abril de 2007

LA VERDAD EN DIRECTO


Ahora tienes la ocasión de contemplar la verdad en directo, sin intermediarios. Lo que se lee, lo que se oye respecto a la verdad, es una verdad momificada y seca.

Ahora tienes la ocasión de contemplar un aspecto importante de la verdad profunda del ser humano. Este no es un estado permanente, sino pasajero. Tu desazón, tu ansiedad, que rechazas o a la que te apegas, tu tristeza pasará, desaparecerá. Algún día incluso estarás en situación de sentir nostalgia de este momento que tan insoportable te parece.

Cuando te encuentres en un momento de felicidad o serenidad o sabiduría, ya habrás perdido esta situación de ahora. De todas maneras la perderás. Todo se pierde. Todo florece y se extingue, bien sea lo deseamos o lo que rechazamos.

lunes, 16 de abril de 2007

AUTORIDAD EN LA MATERIA


No me gusta hablar de lo que desconozco, y mucho es lo que ignoro. Comparado con el océano de nuestra ignorancia, nuestro conocimiento es casi nada. De todas formas también nuestro silencio es muy superior a nuestra cháchara. Por mucho que hablemos o escribamos, siempre callamos lo más.

Cada cual puede hablar en extenso sobre sí mismo, pero lo que se diga de las otras personas sólo es de oídas o por comparanza.

Cada cual es una autoridad en la materia de su propia persona.

Y sin embargo nos queda mucho por conocer y reconocer en nosotros mismos.

domingo, 15 de abril de 2007

LA CASA QUEMADA


A quien se queja de su situación presente puede pasarle como a aquel del cuento, que se quejaba de lo mala que era su vivienda y lo insufrible de su trabajo. Un día al volver a casa se la encontró destruida por un incendio, y al día siguiente supo que lo habían despedido.

sábado, 14 de abril de 2007

PERDEDOR, EL FRACASADO


Si tuviéramos que establecer una competencia en materia de quejas acerca de nuestras vidas, muchos serían los concursantes y muy reñida estaría la victoria.

Esta tarde solitaria de sábado me he dicho todo esto. Dentro de poco lucirá el cuarto menguante. Miro el cielo, miro el horizonte. En mitad está el mar. Tengo suerte con todo, el cielo, el horizonte y el mar siguen en su sitio.

SOBRE MI PROPIA ESTUPIDEZ


Hoy, que comienzo a escribir estas líneas es sábado por la tarde. Mi teléfono no suena. Todos parecen atareados, la vida ruge a mi alrededor mientras yo languidezco.

jueves, 12 de abril de 2007

Promoción Especial

Por cierto, respecto a la cita del encabezamiento, he leído muchos libros del autor (que escribió muchísimos) y no recuerdo de cuál de ellos la saqué. Ya que estamos sometidos en nuestros actos a las leyes del (super)mercado, Gran Oferta de Lanzamiento: A la primera persona que me ayude a recordarlo, le regalo un libro. Como dice el conocido chiste, segundo premio: dos libros.

Si te interesa, puedes encontrar un breve artículo que escribí sobre el terreno acerca Mircea Eliade publicado en el blog de la YogaSala.


Otro asunto: gracias, J.A. Montano, por la cortesía.


Mañana sábado comienzo sin falta la publicación del contenidodel libro, que además, por coincidencias de uno entre siete, comienza precisamente un sábado.


La cita del encabezamiento



La infelicidad en la vida humana no se debe a un castigo divino, ni a un pecado original, sino a la ignorancia.

Mircea Eliade




Libro de viaje


Libro de viaje de Gómez Losada

miércoles, 11 de abril de 2007

Supermercado y folclore cultural (a nivel local)


Quiero contar la pequeña historia de la publicación de este libro. No es mi intención quejarme de una situación que, por ser real, seguro que también es merecida, ni dar unos tiros al mundillo de los libros en España. Por lo que tengo entendido y leído, en otros países la cosa no es mucho mejor.

Filosofemos un poco así de golpe:


Las personas encontramos muchas adversidades porque muchos son nuestros deseos.


En el 2000 me empeñé en publicar este libro y fue una aventura que me situó al otro lado del espejo o del espejismo de los libros. No lo tuve fácil porque tuve que competir en aquel año con las memorias de María Jiménez y de Boris Izaguirre. Parece broma, pero estos asuntos hay que verlos desde el punto de vista estrictamente físico. Si llegas a una librería, incluidas las serias, excluídas tal vez las muy serias, te encuentras en un primer plano, en los espacios de lujo de la planta baja una completa empalizada de Marías Jiménez y Boris Izaguirres del momento. Para llegar a la filosofía, y no digamos a la poesía te tienes que ir a los inaccesibles altillos de las plantas de arriba o a los estantes inferiores de los sótanos. Conocí en aquella época a un librero que, por pundonor profesional, se negó a colocar las memorias de María Jiménez y de Boris Izaguirre en el escaparate y acabó quebrando al poco tiempo, no bromeo, te puedo decir luego su nombre.


Es como el asunto de Alemania, que figura como uno de los paises que más prensa lee del mundo, pero luego escarbas a ver cuál es el periódico qué más se vende y resulta que es la Bild Zeitung. Igual ocurre con los EEUU o la Gran Bretaña supuestos mayores compradores de libros del mundo.


Conseguí no obstante una buena distribuidora local, que además poseía la mejor cadena regional de librerías. Otra distribuidora también regional pero menos, o sea, mayor, se negaba a distribuir mi libro por motivos de rentabilidad. Como pasaban los días de la preciosa promoción y la famosa cadena regional de librerías no sacaba mi libro a la venta indagué a ver qué pasaba. Resulta que en el interín, o sea desde que publiqué el libro hasta que ellos lo aceptaron, se habían peleado los socios propietarios, a resultas de lo cual unos se quedaron con la librería y otros con la distribuidora, de modo que, estando peleados, se negaban los unos a los otros a distribuirse o venderse mutuamente. Al poco tiempo la mayor distribuidora absorbió empresarialmente a mi distribuidora, con lo cual comenzó a distribuir el Manual de Primeros Auxilios para Vidas Destrozadas, pero ya habían pasado los famosos veinte días de promoción y venta. En fin, mucho más de lo que puede soportar un libro de filosofía. Muy diferente me hubiera ido la cosa si yo hubiera sido María Jiménez o Boris Izaguirre.


P.D. La cadena de librerías que no vendía mi libro por problemas con la distribuidora quebró también al poco tiempo, sin que se haya apreciado relación entre ambos fenómenos. De mi libro, con una distribución parcial, marginal (a nivel regional), se vendieron unos quinientos o seiscientos ejemplares. Luego fantaseé con el futurible de una distribución normal, si es que tal cosa existe. La fantasía es libre y la libertad es fantástica.




martes, 10 de abril de 2007

¿POR QUÉ ESCRIBÍ ESTE LIBRO?


En la vida ocurre como en la Historia, que conforme más nos alejamos del tiempo en que sucedieron los acontecimientos, más podemos saber de ellos. Así en nuestra propia historia, conforme van pasando los días, meses o años, y más nos alejamos de algún momento del pasado, más creemos saber de nuestras motivaciones, acciones y maneras de ser de entonces.

Pues bien, allá por el verano del 1998, yo me hallaba bien internado en varios caminos de la conciencia, que había iniciado hacía algunos años cada uno. Daba por cierto que aquellas personas que alcanzaban el final del camino perdían todo interés por comunicar sus modos y procedimientos. Confiado yo en alcanzar el supremo objetivo, y sin querer que a mí me pasara lo mismo, y así el tránsito quedara una vez más oculto, una vez recorrido, como pisadas en la hojarasca, decidí hacer un compendio de los motivos básicos que animaban mi curso en las tres vías —en realidad una sola— que yo entonces transitaba, sin querer hacer mención de doctrina o creencia preestablecida alguna, y procurando evitar aquellos términos o conceptos que sólo conocen los iniciados.

En realidad, este libro Manual de primeros auxilios para vidas destrozadas lo he estado escribiendo para mí mismo. Y no digo esto como ejercicio de humildad o por autosuficiencia, creo yo, sino porque lo considero cierto. No pocas veces he reconocido en mis propios escritos unas palabras que, al menos para mí, tenían un significado preciso o necesario para reconducir mis propios pasos a partir de la confusión y el olvido.

He pretendido además con estas páginas obrar algún beneficio a las personas que puedan leerlo, y considero que, cuanto menos, no le servirá de perjuicio. No pretendo engañar a nadie creándole falsas expectativas. Tal vez el título sea un poco excesivo, pero es el más cierto que se me vino a la cabeza y, en última instancia, el lector puede tomarlo con ironía.

Cómo y por qué de verdad se escribe cada libro es un asunto que incluso en ocasiones ni siquiera los propios escritores conocen. Acerca de esos motivos de inspiración es precisamente de lo que trata este libro.

Málaga, invierno de 1998.

lunes, 9 de abril de 2007

Libros como postres lácteos


El otro día charlábamos algunos amigos en el vestíbulo de la YogaSala acerca de este libro. Hablábamos de que siendo los libros supuestamente imperecederos o, al menos a largo plazo, se los trata en el mercado como si fueran cualquier comestible, como yugures que se retiran a los veinte días de las librerías, como si tuvieran fecha de caducidad. José Antonio Montano me sugería la posibilidad de publicar mis textos en la web. Voy a comenzar con este libro a ver qué pasa.

Cada momento histórico tiene sus tecnologías, sus novedades y sus caducidades. Y luego está lo tradicional que también tiene su valor y su gracia. La escritura hoy por hoy está en este trance a medio camino entre la cocina de vanguardia y los platos de la abuela. Los libros en papel tienen su encanto pero tienen que convivir con estos otros medios tecnológicos que, por estricta utilidad y pragmatismo los hubieran exterminado. Pero no es así, y más bien los fomentan. Interesante paradoja. Veremos qué sucede en este caso.

[Foto: Libros-Paisaje de Gómez Losada]

domingo, 8 de abril de 2007

El libro


El viernes pasado, día veintinueve de marzo de dos mil siete, parece que más o menos puse punto y final a la aventura de publicar mi libro Manual de Primeros Auxilios para Vidas Destrozadas.

Algunos meses atrás estaba tratando de salir del embrollo administrativo que me había supuesto la publicación de este libro, y tras hacer alguna gestión, estando yo de un humor menos que regular y acordándome del día en que se me ocurrió la idea, se me acercó una señora elegante más o menos de mi promoción para saludarme mientras yo soltaba el candado de mi bicicleta. Quise reconocer en ella alguna compañera del bachillerato, pero nada. Me preguntó si había publicado algún otro libro después de Manual de Primeros Auxilios para Vidas Destrozadas. Cuando pude cerrar la boca del pasmo, volví a abrirla para decirle que todavía no. Me dijo que estaba deseando leer algo más mío. Y se despidió.

Era la primera (y hasta ahora última) vez que alguien me conocía, me reconocía y se me presentaba por causa de este libro del que creo se vendieron aproximadamente unos quinientos o seiscientos ejemplares, que yo sepa. Me recuerda a aquella vez que vino una persona a recibir una clase de Yoga al estudio. Al final de la clase me aclaró que el Yoga no le interesaba pero que había venido para conocer al autor de Zambullida. Me hizo algunas preguntas respecto al libro de poemas que publiqué en el año dos mil. Lo elogió con generosidad y se marchó hasta nunca más.

Algún día contaré más cosas acerca de cómo escribí este libro. La cuestión era que los libros de consejos vitales (llamados de autoayuda) siempre me habían parecido muy pretenciosos. Alguien desde una altura olímpica se dedicaba a dar consejos a los humanos allí abajo. Pretendí escribir un libro donde el autor se diera consejos a si mismo y luego los expusiera al público. Una suerte de auto ironía de los consejos o las sabidurías vitales, ironía que procuraba expresar el título.

Concluido este capítulo que fue la publicación del libro, me parece que si vuelvo a publicar otro libro será o dentro de un plazo largo o de muy distinto modo. Concluyo ya este capítulo habiendo padecido algún desengaño, que agradezco, pues era antes un poco ingenuo acerca del limitado ámbito del intelecto y acerca de ese rompeolas entre el espíritu y el mercado que es el mundillo de los libros. Atrás quedan algunos cientos de ejemplares en algunas cajas que estarán en algún almacén no sé donde. Hay varios sitios en la web donde puedes conseguir Manual de Primeros Auxilios para Vidas Destrozadas. Supongo que se habrán hecho con alguna caja de la distribuidora o de la imprenta. También se puede adquirir aquí y aquí

O, si vives en Málaga o, si de algún modo contactas conmigo, puedes solicitármelo directamente.

[En la imagen la portada del libro diseñado por Pablo Gallego con ilustración a partir de un óleo de Miguel Gómez Losada.]