miércoles, 11 de abril de 2007

Supermercado y folclore cultural (a nivel local)


Quiero contar la pequeña historia de la publicación de este libro. No es mi intención quejarme de una situación que, por ser real, seguro que también es merecida, ni dar unos tiros al mundillo de los libros en España. Por lo que tengo entendido y leído, en otros países la cosa no es mucho mejor.

Filosofemos un poco así de golpe:


Las personas encontramos muchas adversidades porque muchos son nuestros deseos.


En el 2000 me empeñé en publicar este libro y fue una aventura que me situó al otro lado del espejo o del espejismo de los libros. No lo tuve fácil porque tuve que competir en aquel año con las memorias de María Jiménez y de Boris Izaguirre. Parece broma, pero estos asuntos hay que verlos desde el punto de vista estrictamente físico. Si llegas a una librería, incluidas las serias, excluídas tal vez las muy serias, te encuentras en un primer plano, en los espacios de lujo de la planta baja una completa empalizada de Marías Jiménez y Boris Izaguirres del momento. Para llegar a la filosofía, y no digamos a la poesía te tienes que ir a los inaccesibles altillos de las plantas de arriba o a los estantes inferiores de los sótanos. Conocí en aquella época a un librero que, por pundonor profesional, se negó a colocar las memorias de María Jiménez y de Boris Izaguirre en el escaparate y acabó quebrando al poco tiempo, no bromeo, te puedo decir luego su nombre.


Es como el asunto de Alemania, que figura como uno de los paises que más prensa lee del mundo, pero luego escarbas a ver cuál es el periódico qué más se vende y resulta que es la Bild Zeitung. Igual ocurre con los EEUU o la Gran Bretaña supuestos mayores compradores de libros del mundo.


Conseguí no obstante una buena distribuidora local, que además poseía la mejor cadena regional de librerías. Otra distribuidora también regional pero menos, o sea, mayor, se negaba a distribuir mi libro por motivos de rentabilidad. Como pasaban los días de la preciosa promoción y la famosa cadena regional de librerías no sacaba mi libro a la venta indagué a ver qué pasaba. Resulta que en el interín, o sea desde que publiqué el libro hasta que ellos lo aceptaron, se habían peleado los socios propietarios, a resultas de lo cual unos se quedaron con la librería y otros con la distribuidora, de modo que, estando peleados, se negaban los unos a los otros a distribuirse o venderse mutuamente. Al poco tiempo la mayor distribuidora absorbió empresarialmente a mi distribuidora, con lo cual comenzó a distribuir el Manual de Primeros Auxilios para Vidas Destrozadas, pero ya habían pasado los famosos veinte días de promoción y venta. En fin, mucho más de lo que puede soportar un libro de filosofía. Muy diferente me hubiera ido la cosa si yo hubiera sido María Jiménez o Boris Izaguirre.


P.D. La cadena de librerías que no vendía mi libro por problemas con la distribuidora quebró también al poco tiempo, sin que se haya apreciado relación entre ambos fenómenos. De mi libro, con una distribución parcial, marginal (a nivel regional), se vendieron unos quinientos o seiscientos ejemplares. Luego fantaseé con el futurible de una distribución normal, si es que tal cosa existe. La fantasía es libre y la libertad es fantástica.




2 comentarios:

Rosqui dijo...

Te he contestado en el país aunque lo hago también aquí.
Bueno por lo menos competiste con María Jimenez y Boris, si te hubiera tocado el año del Codigo Da Vinci, o de Harry Potter la cosa se hubiera puesto aún más fea!!!

Joaquín García Weil dijo...

Hola, Rosario.

Si quieres publicar tus escritos, este artículo tal vez pueda interesarte.

http://garciaweil.blogspot.com/2007/04/democracia-tecnolgica-y-demagogia.html

El asunto no es tanto que vender un número determinado de ejemplares, digamos 200, 300 o los que sean. pueda satisfacerte. El asunto es que con tales expectativas no te admiten en el mercado (de los libros). Para cubrir gastos de edición, distribución y promoción hacen falta cantidades mucho mayores.

Hoy en día el panorama ha cambiado mucho respecto al año 2000 cuando publiqué mi libro. El cambio más importante respecto a la promoción es el desarrollo de la web, por una parte, y el menudeo de los medios por otro. Entonces había relativamente pocos periódicos, radios, televisiones, etc. Hoy son incontables y además se le añade la inabarcable web. Esto cambia mucho las condiciones de promoción, pues, por un lado es más difícil aparecer de una tacada en los medios. Por otro lado, es más fácil el acceso por la sencilla razón de que hay más espacio y más dificilmente monopolizable.

Lo que comento en tono jocoso de la competencia con Boris y Mª Jiménez es relativo a que en aquella época copaban el espacio televisivo y gran parte de la prensa. Su capacidad promocional era inmensa, por muy antiguo que hoy pueda parecer todo esto (y sólo han pasado siete años). Los libros de ficción que comentas, por muy super-ventas que sean, al fin, pertenecen al propio ámbito de la literatura (aunque sea de masas, lo cual tampoco es criticable, a mi parecer).

En resumen, me parece que hoy las condiciones, en cierto modo han mejorado. Así que adelante con tus proyectos.

Un saudo.