lunes, 4 de junio de 2007

EL OLVIDO DE SÍ EN EL RECUERDO DE LOS OTROS


Concibo que la generosidad consiste no tanto en pagar por los propios errores como en empezar a pagar por los errores de las otras personas.

Las normas y las leyes no están enunciadas para que alguien las incumpla, sino porque hay alguien que las incumple, existen las normas y las leyes; la inteligencia no existe para poner de manifiesto la torpeza; no hay bondad para posibilitar la existencia de lo malo.

Si creemos que alguien se equivoca no deberíamos criticar sino agradecérselo. Los errores que creemos han cometido los otros son los errores que nosotros dejamos de cometer al observarlos. De nuestros errores también pueden aprender alguien. Y sin embargo los errores deben de ser evitados en nosotros y en los otros.

1 comentario:

Carmen dijo...

Acaba de comenzar el día y ya he discutido con mi generosidad. Si repartes tu generosidad esperando algo a cambio no es tal, es interés. No obstante, si la ofreces sinceramente a alguien porque te sale así sin más, pasa algún tiempo y lanzas un sos a esa persona que escuchaste, cosa poco frecuente en ti, en lo más íntimo deseas recibir generosidad.
Pero eso no sucede.
No deberías sentirte mal, allá cada uno con su generoridad y su forma de repartirla. Sientes que haces lo correcto, mas no puedes evitar sentirte triste.