martes, 18 de septiembre de 2007

LO PENSADO Y LO HECHO


Sabiendo lo que conviene a un asunto dado, pensarlo para luego hacerlo es doble trabajo. Sabiendo lo que nos agrada, desearlo y disfrutarlo luego es disminución del disfrute. Temer no es precaución sino fantasía.

Esforzarse en hacer algo, es esforzarse y hacerlo, o sea, un gasto doble. Lo mismo con la voluntad de las acciones.

Hacerse un propósito, aunque sea bueno, no es acción sino sólo propósito, es decir, mero juego de la imaginación.

Parsimonia. Realidad. Economía de la fuerza y del tiempo.

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