jueves, 19 de julio de 2007

AMAR Y ODIAR DENTRO DE SÍ


En interés propio es necesario prestar mucha atención a los sentimientos que generamos sobre la figuración y el recuerdo de otras personas, pues en realidad son medicinas o venenos que estamos vertiendo sobre nuestro propio torrente sanguíneo.

El rencor, el odio y la ira originan los más ponzoñosos humores. Se trata de la atrabilis, la bilis más dañina. Es un verdadero ácido corrosivo que destruye nuestros órganos.

Si te encuentras en una habitación donde entra una persona odiada, podemos tener la ilusión de que estamos odiando a la persona, pero los pálpitos, los sofocos y los venenos que se te generan en el cuerpo, te los comes tú, porque a la persona odiada se le dan tres higas tu batallar del alma.

Más todavía ocurre de lo mismo si odias en la distancia. Estás odiando entonces no a la persona que te figuras, sino a la figura de la persona que tu mente ha generado. ¿Cuál es entonces el objeto de tu odio? No es desde luego tal o cual persona, sino algo que hay dentro de ti cuando odias. Cuando odias a alguien te desdoblas en malabarismo o esquizofrenia: una parte tuya odia a la otra parte.

Hay algo entonces dentro de ti a quien llamas tú mismo, y algo a quien nombras enemigo.

El rencor, el odio, la envidia, y demás sentimientos destructivos rechazan la realidad del objeto que es víctima del sentimiento. Se rechaza y se rehuye su presencia. Se juega con su imagen ilusoria en perjuicio propio, dejándose uno atrapar en ponzoñosos torbellinos para el cuerpo y el alma.

Al contrario, quien ama, ama la presencia del objeto amado, lo invoca y convoca a la realidad. Serás entonces un cuerpo gozoso que desea vivir en un mundo real de seres reales.

Amar es amarse a uno mismo y a los otros seres. Odiarse no.

3 comentarios:

Carmen dijo...

me parece acertado lo que expones, como siempre pero hoy quería comentarte no el contenido sino la forma. Me llama la atención el uso de algunas palabras (unas que desconocía y otras que no se usan a menudo). Sin ir más lejos los borbollones en vez de borbotones a los que estamos acostumbrados.

Hoy, aunque esté de acuerdo con lo que dices mi comentario es
JAJAJAJAJAJAJA
(carcajada sonora y con gesto institinvo incluido de cabeza hacia atrás) que
me ha provocado la expresión

"a la persona odiada se le dan tres higas de tu batallar del alma".

jajajaja

buen día

Miguel Gómez Losada dijo...

precioso texto, lo he puesto hoy en mi fotolog

un abrazo joaquín

Joaquín García Weil dijo...

Hola, Miguel.

Gracias por la entrada en tu fotolog. He actualizado el enlace:

http://www.fotolog.com/losada/32414636