sábado, 8 de septiembre de 2007

EL SABOR DE LAS EMOCIONES EN ORIENTE Y EN OCCIDENTE.

En Occidente se utiliza con frecuencia el sabor para referirse a estados de ánimo, así como a caracteres. Se habla de momentos dulces, también de personas con este sabor o carácter. Se habla de humores ácidos, de ingenios picantes, de gentes amargadas, así como de personas saladas, incluso se dice “agridulce” de algunas situaciones.

Esta asociación metafórica entre sabores y emociones o caracteres funciona porque, primero, determinados sabores producen de hecho determinadas emociones y, segundo, porque determinadas emociones provocan determinados sabores. Ya mencionamos la relación que se establece entre los órganos y las emociones. Los órganos y las entrañas segregan y procesan determinados sabores o sustancias de esos sabores. Por ejemplo, algunos jugos gástricos son de naturaleza ácida. La bilis que segrega el hígado y recoge y administra la vesícula es amarga, el bazo-páncreas procesa el azúcar del cuerpo, los riñones regulan la sal. Si las emociones se relacionan con los órganos y los órganos con los sabores en el cuerpo, es lógico que las emociones y los sabores estén en relación de mutua causalidad, o sea, los unos son causa de los otros y viceversa.

Es experiencia común y cotidiana que las personas procuren regular de un modo consciente o inconsciente sus humores abundando en uno u otro sabor. En los momentos de desazón (otra metáfora de sabor) o sinsabor (también) o desamor, se procura lo dulce. En el Ayurveda se dice que se procura en estos casos también lo graso. Las tabletas o bombones de chocolate, por ejemplo, combinan ambas cualidades en un solo alimento. Para tonificarse se busca lo ácido y lo picante. Para activarse se procura lo amargo, como el café o el chocolate, que en su estado puro tiene ese sabor. Para animarse se quiere lo salado, sabor abundante en los aperitivos. Y luego las combinaciones entre sabores y humores en estados de ánimo y alimentos son tan numerosas como la combinatoria matemática permite y, en muchos casos, aparentemente contradictorias.

El cuerpo humano tiene una peculiaridad con respecto al de otros mamíferos: los músculos cutáneos que en otros animales se reparten por diferentes zonas del cuerpo, en nuestra especie se concentran en el rostro. Como es conocido estos músculos son sensibles a las emociones, pero a los sabores también y de modo parejo. En ocasiones, viendo las expresiones faciales de las personas, se me representa como si estuvieran degustando caramelos emocionales con estos sabores: amargura, dulzor, salado, ácido, picante o sus posibles combinaciones.

Estas observaciones nos sirven para constatar la estrecha relación que existe entre el cuerpo y el carácter o los vaivenes emocionales del alma.

Para centrarnos en el asunto principal que nos ocupa, existe un cuerpo físico y otro cuerpo que podemos llamar místico, pero que también, para entendernos, podemos llamar “espíritu”.

Volviendo al asunto de los sabores, pero sin abandonar el del espíritu, en el Ayurveda se tiene este conocimiento muy sistematizado. Del mismo modo que se relacionan los sabores con las emociones, también se relacionan con los caracteres o las constituciones. También en Occidente se atribuyen sabores a los caracteres aunque no sea de un modo tan sistemático: se habla de caracteres dulces y de tipos amargados o también salados.

Un detalle interesante: desde una perspectiva espiritualista, se dice que para encarnarse un espíritu, para existir en la tierra, ha de hacerlo de un determinado modo, con una determinada constitución o carácter.

Según el Ayurveda, dentro de cada constitución prima un sabor o varios de ellos. Conseguir el equilibrio entre los sabores significa preservar la salud. Si alguien abunda y consumen en exceso el sabor o los sabores que le caracterizan entonces enferma. Pero si, como es natural, los evita, permanece sano.

Este sistema de sabores y emociones o caracteres va cobrando sentido conforme se conoce con mayor profundidad. Podríamos profundizar en este sentido pero necesitamos concentrarnos en la línea central de estos argumentos.

Cuerpo físico y cuerpo místico en el arte oriental


viernes, 7 de septiembre de 2007

jueves, 6 de septiembre de 2007

EL LIBRO DE LOS DONES


Hay un libro enterrado en nuestra mente. Debemos descubrir y de leer con atención ese libro que dice las verdades.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

EJERCER LA PRESENCIA


Somos inmensamente ricos. Podemos compartir esos dones dando trozos enteros de nuestra alma a los otros. Esta es la única riqueza que verdaderamente sacia.

Existe un orden de sucesión. Sólo a causa de la soberbia especulamos con lo que fue y lo que debía haber sucedido, con lo que es y con lo que debería ser, con lo que será o lo que habrá de ser. Y de tal modo nos distraemos de la comprensión.

martes, 4 de septiembre de 2007

BIEN REGADO HUERTO DE LA ABUNDANCIA


No hay razón ninguna para reclamar los supuestos frutos que supuestamente se nos adeudan.

El huerto está bien regado por albercas y acequias. La tierra que lo nutre es negra y está llena de vida, de nacimiento, de muerte y de vida. Sobre él restalla el cielo celeste, un celeste el color del cielo que se funde de oro con el añil y con el blanco sobre nuestras cabezas y nuestros pechos abiertos.

No necesitamos una esperanza ni una promesa de lo futuro, pues ya todo nos ha sido entregado.

lunes, 3 de septiembre de 2007

DUDA Y CERTEZA


La palabra duda viene de dos. La palabra dividir viene de dos. Dudar significa estar dividido.

Debemos encontrar los instrumentos que nos ayuden a ampliar nuestra comprensión de las cosas.

No todas las preguntas han de responderse con un sí o un no. Hemos de comprender la multiplicidad de las posibilidades.

domingo, 2 de septiembre de 2007

ARMONÍA


La armonía que nos hace.

Cuerdas de un piano que vibran según suena el diapasón.

sábado, 1 de septiembre de 2007

IMPORTANTE


Somos puros y somos bondadosos. Somos infinitamente puros y somos infinitamente bondadosos.

Tenemos una tarea. Hemos de descubrir esta bondad y esta pureza que hay dentro de nosotros, apartar todas las brozas del camino, todos los obstáculos que nos impiden verla.

Es importante liberar esta bondad, dejarla que salga y que obre. Claridad.

viernes, 31 de agosto de 2007

DEL VACÍO Y SU BALIZAMIENTO


Quisiera dejar de batallar, zambullirme de una vez por todas en las aguas sin fondo de lo verdadero. A veces pierdo el equilibrio, a veces lo recupero, a veces me dejo arrastrar por el marasmo de los pensamientos.

Tememos el completo vacío, por eso tememos abandonarnos y perder toda referencia que nos sirva de medida, de comparanza y de término.

Hay cosas importantísimas que de pronto comprendo y luego olvido.

Se me ocurre pensar que, desde un cierto punto de vista, hemos venido al mundo a tener conciencia, para comprender algo. Y habremos de volver a la vida una y otra vez hasta que cumplamos esta tarea. Algunos habremos de tornar hasta que todos cumplan esta tarea.

Antes de saber queremos y creemos tener claro aquello que llegaremos a saber. De tal modo que, empestillados de la mente, si no abandonamos las expectativas nos quedaremos eternamente expectantes.

Así pues requerimos balizas y medidas que nos aseguren que vamos por el camino correcto y que hacemos lo debido. Queremos nuestra ración de éxito si somos buenos chicos. Incluso solicitamos nuestra cuota de fracaso si es que nos equivocamos. Todo con tal de tener una seguridad o una certeza.

Podemos también rehuir el fracaso, o achacarlo a nuestra distracción momentánea, a nuestro desinterés o a la mala fortuna. Pero tales motivos no se aducirán para explicar nuestros éxitos.

Si buscas el éxito, este no es el camino. Si tratas de evitar los fracasos, este no es el camino. Si deseas mejorar o transformarte a ti mismo, esta no es la senda. Si buscas la felicidad, este no es el camino. Si buscas la alegría, este no es el camino. Si buscas sabiduría, este no es el camino. Si buscas santidad, este no es el camino. Si buscas ser amado, este no es el camino. Si buscas serenidad, este no es el camino.

Este sólo es el camino de los que nada buscan y todo encuentran.

jueves, 30 de agosto de 2007

LA VERDAD SIN DUEÑO


La verdad no tiene dueño. La conciencia verdadera no es artículo de mercaduría, ni sujeto de administración burocrática, religiosa o académica. Si bien las sociedades humanas, las organizaciones, las tradiciones y los organismos pueden facilitar un acceso al camino, no pueden establecer en él su aduana, ni cobrar aranceles, ni exigir sumisión a cambio del acceso. Sólo cada persona por sí misma, por la facultad propia y no recibida de nadie de su realización y su conciencia propia, puede encararse a la verdad.

No existe contabilidad de lo que es cierto. No existe en el camino el error, pues también el error es y se unifica y se contiene. No existe una doctrina verdadera a costa del error de las otras. No hay una correcta práctica a costa del error de las otras prácticas. No hay monstruos, demonios o espantajos que exhibir, pues los monstruos y espantajos también se contienen.

Es la suprema estupidez el establecer una competencia acerca de la verdad entre las distintas tradiciones que se dicen del espíritu, los sistemas de sabiduría y los distintos credos o dioses. Pero la estupidez también se comprende.

Y quien diga lo contrario lo dice no más que con su máscara de grandísimo embustero, granuja y farsante. Y también el embuste, el granujerío y la farsa están comprendidos dentro de lo mismo, que es Uno.

Las autoridades no te quieren como persona, tan sólo te necesitan como número que añadir a la suma de su poder. Y la autoridad también está comprendida.